El infonauta

Tesla enfrenta caída global de ventas por altos precios, competencia y polémicas de Musk

Las ventas globales de Tesla caen por segundo año consecutivo. La empresa enfrenta un escenario perfecto de desafíos: fin de incentivos en EEUU, fuertes aranceles, boicots por la exposición política de Elon Musk y una competencia feroz, especialmente de BYD en China.

La crisis en los números

Las entregas globales cayeron un 13% en el primer semestre de 2025. Aunque el tercer trimestre mostró un repaso del 7%, fue un espejismo. Los compradores en EEUU se apresuraron antes de que terminara el subsidio federal de $7,500 el 30 de septiembre. Ahora, Tesla pierde cuota de mercado en su país: ronda el 40%, muy lejos del 75% que tenía en 2022.

El desplome en Europa y China

Europa es el mercado principal más débil. Las matriculaciones de nuevos Tesla se desplomaron un tercio. En China, los envíos desde su fábrica en Shanghái cayeron interanualmente en siete de los primeros nueve meses del año. La competencia con BYD, que ofrece vehículos más baratos y una gama más amplia, es intensa.

Falta un auto verdaderamente asequible

La estrategia de «menos es más» de Musk muestra grietas. Tesla no lanza un modelo nuevo y barato. En su lugar, ofrece versiones simplificadas del Model Y y Model 3. Estos coches rondan los $40,000, con menor autonomía y prestaciones. Un auto por debajo de los $30,000, clave para el crecimiento masivo, brilla por su ausencia.

El costo político de Elon Musk

La politiquería de Musk tiene un precio tangible. El movimiento “Tesla Takedown” organiza boicots globales. Musk gastó casi $300 millones para ayudar a elegir a Trump, pero la compañía no se libró de los aranceles, que le costaron $700 millones. Los legisladores republicanos, además, eliminaron los créditos fiscales federales para vehículos eléctricos que Tesla también vendía a sus competidores.

La apuesta arriesgada por la autonomía

Con las ventas de coches en dificultades, Musk promociona los robotaxis y robots humanoides como el futuro. Prometió un servicio de robotaxi, pero su debut en Austin fue modesto y con lista de espera. La compañía aspira a expandirlo, pero depende de aprobaciones regulatorias. Mientras tanto, el negocio central de fabricar automóviles se resiente.