Tras 1.701 días en prisión, Jeanine Áñez recuperó su libertad el 6 de noviembre. Casi un mes después, rompió el silencio en una extensa entrevista con EL DEBER. Desde Trinidad, contó que necesitó ese tiempo para “respirar en libertad”, reencontrarse con su familia y asimilar lo vivido. Recordó entre lágrimas que no pudo despedirse de su madre y pidió perdón a sus hijos.
Acusaciones directas y denuncia de persecución
Áñez señaló a Luis Arce y Evo Morales como responsables de haberla convertido en “presa política” y denunció una “saña sin misericordia” en su contra. Afirmó que durante casi cinco años no existió ninguna posibilidad de defensa. «Se fue el ogro y las cosas cambiaron», dijo sobre su salida y la percepción de un sistema judicial menos hostil.
El daño emocional y los episodios más duros
La exmandataria relató que vivió semanas con hasta cuatro audiencias. Dijo que el desgaste emocional fue “inhumano” y que pelear contra el aparato estatal era imposible. Recordó como uno de los momentos más duros las amenazas contra su hija. Negó haber sufrido maltrato de otras privadas de libertad, pero sí denunció abusos de dos directoras del penal.
La fe, la resiliencia y su vida en libertad
Contó que su fortaleza vino de su fe. En prisión escribió un libro y se refugió en manualidades. Hoy intenta reconstruir su vida. Aún tiene secuelas: le cuesta salir de casa, pero está retomando actividades, incluso ejercicios.
Sobre política y futuros pasos
Áñez no descarta seguir vinculada a la vida pública, aunque no planea ser candidata por ahora. Apuesta por “una candidatura fuerte” en Beni y dice que seguirá defendiendo la democracia desde donde pueda. Señaló que Arce, Morales y exautoridades de su Gobierno deberán “rendir cuentas”.
Un mensaje final a sus hijos
Dijo que, al salir de prisión, lo primero fue pedirles perdón: «Ellos no tenían ninguna culpa de mis decisiones».