El presidente electo Rodrigo Paz marcó distancia de los bloques ideológicos tradicionales y anunció una política exterior basada en los intereses nacionales. “Bolivia no solo va a tratar con Estados Unidos, también con China y Europa. ¿Se va a enojar el ALBA por eso? ¿Quién es el ALBA para determinar lo que es mejor para los bolivianos?”, declaró, tras conocerse la decisión del bloque de izquierda de suspender a Bolivia por su supuesto “alineamiento proimperialista”.
El líder liberal, que asumirá la presidencia el 8 de noviembre, afirmó que su objetivo será “abrir Bolivia al mundo” con acuerdos que generen desarrollo, inversión y empleo. “La ideología no da de comer. Queremos resultados para la gente”, subrayó.
Apoyos internacionales y controversia regional
Horas después de su victoria, Paz recibió felicitaciones de Donald Trump, de Xi Jinping y del presidente argentino Javier Milei. China destacó “los estrechos lazos de amistad” y su interés en fortalecer la cooperación energética y tecnológica.
Mientras tanto, el régimen de Nicolás Maduro anunció la suspensión de Bolivia del ALBA, criticando la postura de Paz de mantener relaciones solo con gobiernos democráticos. El presidente electo aclaró que no invitará a los mandatarios de Venezuela, Nicaragua y Cuba a su ceremonia de posesión.
Un giro histórico en la diplomacia boliviana
Paz busca recuperar la confianza internacional y atraer inversiones. “El que quiera trabajar con nosotros será bienvenido, siempre que el resultado sea equidad, beneficio y prosperidad para la gente”, dijo. El cambio marca un giro profundo tras casi dos décadas de alineamiento con el eje socialista regional.