
La soledad de ser singular: cuando crecer te aleja de tu mundo
Viajar y conocer otras realidades cambia tu forma de pensar y sentir. Según el antropólogo Victor Turner, quien atraviesa experiencias fuera de su cultura original entra en un “estado liminal”, un espacio donde ya no pertenece completamente ni a su entorno anterior ni al nuevo.
Esto genera una distancia interna que se refleja en la dificultad para conectar con la sociedad de origen.
El costo social del crecimiento personal
La psicología explica esta desconexión con la teoría de la disonancia cognitiva de Leon Festinger, que describe la tensión que ocurre cuando nuestras creencias ya no coinciden con las de nuestro entorno social. El sociólogo Georg Simmel denominó al individuo que ve y siente distinto como “el extraño”, alguien que está dentro pero no del todo parte del grupo.
Ser auténtico como acto de coraje
Zygmunt Bauman, en su concepto de modernidad líquida, señala que la independencia intelectual y emocional puede aislar al individuo. “Ser singular tiene su precio”, advierte la sociología, pero esa soledad no es un castigo sino una consecuencia natural de evolucionar. Aceptarla es un signo de valentía y autenticidad.
Del aislamiento a nuevas conexiones
Aunque la soledad de la singularidad duele, también abre la puerta a vínculos más profundos y genuinos. Reconocer que “el viaje continúa, y no siempre se hace en grupo” es clave para quienes han decidido crecer y mantenerse fieles a sí mismos.