El gobierno de Estados Unidos cerró parcialmente varios de sus servicios desde el 1 de octubre. La causa es la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos sobre la extensión presupuestaria.
Algunos funcionarios fueron enviados a casa sin sueldo. Otros siguen trabajando, también sin cobrar, hasta que el Congreso apruebe un presupuesto.
Despidos y recorte de fondos
La Casa Blanca advirtió sobre despidos “inminentes” para presionar a los senadores demócratas. “Se harán recortes en todos los ámbitos”, señaló un comunicado oficial.
El gobierno de Donald Trump anunció además que retirará miles de millones de dólares a bastiones demócratas como Nueva York y California. El Departamento de Energía canceló 321 subvenciones, lo que supone un ahorro de 7.560 millones de dólares, según la Casa Blanca.
Denuncias de venganza política
El gobernador de California, Gavin Newsom, denunció que la medida pone en riesgo decenas de miles de empleos. “En el Estados Unidos de Trump, la política energética la dicta el mejor postor”, declaró.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, también calificó la decisión como “una venganza política y un ataque a Nueva York”.
Este es el primer “shutdown” desde 2019, cuando el cierre federal se prolongó durante 35 días, el más largo de la historia.