La justicia argentina imputó a Patricia Kadgien, hija del financista nazi Friedrich Kadgien, y a su esposo por “encubrimiento”. La pareja entregó un retrato barroco italiano que no había sido hallado en los allanamientos del lunes. En esas requisas se encontraron además 22 estampas de Henri Matisse y otras pinturas de origen incierto.
Las obras estaban en Mar del Plata, a 400 km de Buenos Aires, en la casa de la familia Kadgien. El jerarca nazi murió en Argentina en 1978 y fue conocido como el “mago de las finanzas” de las SS.
Un retrato robado en Países Bajos
El óleo “Retrato de una dama”, del artista Giuseppe Ghislandi, pertenecía al curador judío Jacques Goudstikker. Fue robado por tropas nazis en los Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial. La fiscalía confirmó su autenticidad.

El cuadro fue identificado tras más de diez años de investigación del diario neerlandés AD. Una foto publicada en una inmobiliaria lo mostró colgado en la casa de los Kadgien. “Enloquecí, por supuesto”, relató el periodista Peter Schouten, quien envió la información a las autoridades de Holanda.
Delitos que no prescriben
El abogado de la familia sostiene que el caso está prescrito. Sin embargo, la fiscalía recordó que los crímenes vinculados a genocidio no caducan según la ley argentina e internacional.