El cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar detectado en la historia, reapareció luego de pasar detrás del Sol y desconcertó a los astrónomos por su brillo azul y comportamiento inusual. El hallazgo fue confirmado por el investigador Qicheng Zhang, del Observatorio Lowell (EE.UU.), quien logró fotografiarlo con el telescopio Discovery y destacó que puede observarse con instrumentos modestos. “No se verá muy impresionante, es solo una mancha, pero será una mancha cada vez más visible”, explicó.

El viajero que desafía la física
Este cometa viaja a 210.000 kilómetros por hora, lo que le permite cruzar el Sistema Solar sin quedar atrapado por la gravedad del Sol. Su paso más cercano ocurrió entre el 29 y 30 de octubre, cuando alcanzó una distancia de 203 millones de kilómetros, dentro de la órbita de Marte. A fines de diciembre estará en su punto más próximo a la Tierra, sin representar peligro alguno.

Un color que desconcierta a los científicos
El astrónomo Avi Loeb, de Harvard, advirtió que el cometa “es más azul que el Sol”, algo inédito. “Debería ser más rojo por su composición de hielo, pero los datos muestran lo contrario”, señaló. Algunos expertos incluso detectaron una “anti-cola” que apunta al Sol, fenómeno nunca visto y aún sin explicación clara.

Una cápsula del tiempo cósmica
Los análisis iniciales muestran que el 3I/ATLAS contiene dióxido de carbono, agua, cianuro y una aleación de níquel desconocida en otros cuerpos del Sistema Solar. Los astrónomos creen que se formó hace 10.000 millones de años, mucho antes del nacimiento del Sol, lo que lo convierte en una ventana al pasado de la Vía Láctea.
Un misterio que fascina
La NASA y observatorios de todo el mundo lo seguirán hasta marzo de 2026, cuando se pierda más allá de Júpiter. Mientras tanto, su brillo azul sigue generando preguntas sobre los orígenes del universo y la materia primordial que aún viaja entre las estrellas.