
La escasez de diésel en Bolivia obliga a choferes de camiones, flotas y vehículos particulares a pasar días y noches en las filas. “Desde ayer estamos aquí haciendo fila”, relatan mientras esperan sin comida ni abrigo. Algunos afirman que pasan días sin ver a sus familias.
Impacto en el transporte pesado
Marcelo Cruz, dirigente del transporte internacional, denunció que solo entre el 60% y 70% de los camiones están operando. Los conductores no cumplen con sus obligaciones laborales, sufren estrés y problemas de salud, y exigen libertad para importar el carburante.
Producción y economía en riesgo
Los productores advierten que la falta de diésel puede frenar la zafra y el transporte de carga. En lugares como Obrajes, en La Paz, las filas superan las tres horas y apenas dos mangueras abastecen a decenas de motorizados.