“Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina”. La frase de Hipócrates vuelve a ser relevante tras nuevos análisis que advierten sobre el impacto de la deficiencia de vitaminas en la salud mental. Parte de esta información surge de datos detallados en investigaciones citadas por Infobae, que muestran cómo los micronutrientes influyen en el estado de ánimo y la función cerebral.
Expertos señalan que, aunque “las deficiencias de micronutrientes no explican todos los casos de depresión”, sí pueden agravar síntomas, reducir la respuesta a tratamientos y empeorar la regulación
emocional.

Cómo influye la alimentación en el cerebro
La depresión es multicausal, pero la evidencia confirma que las vitaminas del grupo B —especialmente B6, B9 y B12— son esenciales en la producción de serotonina y dopamina. Su falta se asocia con fatiga, deterioro cognitivo y mayor riesgo de depresión, según especialistas citados por Infobae.
Vitamina D: un déficit mundial que preocupa
Investigaciones mencionadas por Infobae destacan que niveles bajos de vitamina D aumentan hasta en un 31% la probabilidad de presentar síntomas depresivos. Esta vitamina funciona como una hormona cerebral y regula procesos clave para el ánimo.
Otros nutrientes que también influyen
Deficiencias de vitamina C, zinc, magnesio e hierro afectan la energía mental y la resiliencia emocional. Incluso una dieta variada puede no cubrir necesidades en adultos mayores o personas con problemas de absorción.
Prevención y advertencia médica
Los especialistas recomiendan una alimentación equilibrada y análisis periódicos. Antes de tomar suplementos, se debe consultar al médico. Corregir deficiencias ayuda, pero no reemplaza el tratamiento de la depresión.