El general en servicio pasivo Tomás Peña y Lillo, investigado por el caso 26J, aseguró que su implicación fue parte de “un montaje político”. En entrevista con Que No Me Pierda, señaló que “solo cumplía órdenes” y negó haber tenido poder de decisión el día del presunto golpe militar, ocurrido el 26 de junio de 2024.
“Soy completamente inocente”
Desde su escondite, el exjefe militar afirmó: “No tengo nada porque soy completamente inocente. Yo no tenía el mando, no tenía nada que ver en este asunto”. Criticó además el trato hacia los uniformados detenidos, calificando su exposición pública como “uno de los episodios más tristes de la historia boliviana”.
Preparativos para volver al país
Tras el llamado del presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Romer Saucedo, para que los prófugos regresen con garantías judiciales, Peña y Lillo anunció su retorno. “Yo voy a volver y me voy a presentar ante la justicia, porque creo en la palabra del doctor Saucedo y en un proceso justo”, afirmó.
Acusa un montaje político
Según el general, el 26J fue “un show” que buscaba dañar la imagen de las Fuerzas Armadas y de la oposición. Dijo estar dispuesto a enfrentar la justicia para demostrar su inocencia y limpiar su nombre.