El fenómeno de la desinformación se multiplica con la irrupción de la inteligencia artificial. “Se ha convertido en uno de los mayores retos de nuestra era”, advirtió Jannette Jacobs, directora de la carrera de Periodismo en la Unifranz.
Según Statista (2023), el 40% de los internautas en América Latina se encuentra con noticias falsas “todos o casi todos los días”. En Bolivia, Bolivia Verifica informó que durante las elecciones generales de 2025 el 98% de los contenidos revisados estaban vinculados al proceso electoral.
Rumores y manipulación digital
“La desinformación no es nueva; es un fenómeno histórico que cambió con el desarrollo de la tecnología y los medios”, señaló Patricia Cusicanqui, editora de Bolivia Verifica. Recordó que en la pandemia circularon consejos falsos para “curar” la COVID-19 y, en tiempos electorales, proliferan encuestas adulteradas y videos manipulados con IA.
La UNESCO alertó que los deepfakes y audios falsificados son una amenaza creciente porque imitan voces e imágenes con realismo difícil de detectar.
Periodismo como defensa
“No basta con publicar rápido: hay que publicar con rigor y ética”, insistió Jacobs. Los periodistas ahora no solo informan, también desmienten rumores y contextualizan datos. Proyectos como Chequea Bolivia y Bolivia Verifica buscan frenar el avance de las falsedades y educar a la población en verificación digital.